VOLVÁMONOS RICOS EN POCO TIEMPO

Volvamonos Ricos

Tengo la solución para mejorar rápidamente la riqueza nacional, es muy sencillo: que el Banco Central emita una exorbitante cantidad de dinero y directamente o por medio de los bancos estatales se los de a destacados grupos empresariales locales, pero no en calidad de préstamo sino de “rescate” (para que no tengan que devolverlo), y estos grupos se comprometan a llevar ese dinero a otros países (no a usarlo localmente pues generaría mucha inflación), y compren allá todas las empresas, productos y bienes que les sea factible. ¿Me enloquecí, verdad?. Para los que estén pensado eso aquí va otra afirmación que les permitirá solicitar la camisa de fuerza: les aseguro que eso ya lo hacen, y desde hace muchos años, varias de las economías más poderosas (y otras no tanto), del planeta.

Si el Banco Central imprime billetes se llama emisión, si usted o yo lo hacemos se llama falsificación (asuma que son billetes perfectos), y está prohibido por varias razones: una, de índole moral, que crear de la nada, sin esfuerzo alguno, algo que al circularlo tiene valor, permite tomar (robar), la riqueza real de las personas; otra, de índole financiero popular, es que el dinero que existe es el resultado y reflejo de la creación de la riqueza por el esfuerzo de empresas y personas. La última razón es falsa. O más bien, es falsa de un tiempo para acá.

Antes los billetes emitidos eran pagarés respaldados por oro y otros metales preciosos en las bodegas del Banco Central (los que tenemos cierta edad recordamos que los billetes antes tenían impresas frases como “pesos oro” o “pagará al portador”), pero principalmente desde la década de los setenta las monedas de todo el mundo empezaron a apartarse del patrón oro y se volvieron monedas virtuales cuyo valor se ampara en la confianza común. En el caso de Estados Unidos el fenómeno ocurrió en 1971 en el gobierno de Nixon y en estos más de 40 años desencadenó una transformación increíble en la economía mundial: no solo las monedas de casi todos los países son virtuales, sino que las reservas de los países ya no se hacen en lingotes de metales preciosos sino que se tienen en dólares que a su vez es otra moneda virtual que no tiene respaldo alguno y que la FED, que hace las veces de Banco Central norteamericano, pero que no es una entidad gubernamental sino una empresa privada, emite a su antojo.

En los rescates de la FED durante la crisis del 2008 se emitieron más dólares al mercado mundial que todos los dólares emitidos durante toda la historia de la existencia de esa moneda. Al decir que la cantidad de dólares en la economía mundial se duplicó en corto tiempo (ese momento ya pasó hace rato), si las cosas fueran automáticas, entonces uno esperaría que el poder adquisitivo del dólar se hubiera vuelto la mitad (no se creó riqueza por imprimir dólares), pero las cosas no son automáticas, quienes recibieron esos dólares frescos los pudieron utilizar al poder adquisitivo que los dólares en la calle tenían en el momento de la emisión. La inevitable caída del poder adquisitivo del dólar, porque hay mucho circulante, se ha venido dando después (tranquilo, si piensa que el valor del dólar respecto a la moneda local se mantiene estable tenga en cuenta que también su Banco Central emite moneda local sin respaldo, lo que permite la nivelación se llama inflación).

Que si esa transformación gigantesca,  e inédita a escala planetaria, de las monedas como pagarés a monedas virtuales es buena o no es algo que está por verse. Los libros y artículos más pesimistas que he encontrado hablan de una futura debacle financiera mundial en la medida que las personas pierdan confianza en las monedas virtuales y auguran que volveremos al patrón oro. En el ámbito positivo se cree que la invención de crear de la nada corrientes de efectivo e inyectarlos focalizadamente a la economía es posible que sea uno de los factores que ha impulsado el mayor crecimiento económico y de bienestar material que la humanidad ha visto en toda su historia. Sin embargo todas estas observaciones sobre las monedas de este artículo no están enfocadas a proveerle información nueva, se asume que la formación financiera es algo que cada quien debe buscar y la validación (o refutación), de los datos y comentarios que en este artículo proveo es muy fácil hacerla con breves búsquedas en Internet.

Entonces, ¿cuál es el objetivo del articulo?, es el siguiente: recordarle que como las monedas son virtuales y su verdadero poder adquisitivo depende ahora tanto de la confianza de la gente en esa moneda como en la posibilidad de el Banco Central le de por (y les da por), emitir moneda de la nada en cualquier momento (bonos, títulos de deuda o emisión llana), entonces le recomiendo caminar por el mundo de sus finanzas con dos cosas en la cabeza: a) lo que usted ahorre en moneda virtual, sea en el banco, en un título o en su fondo pensional, valdrá lo que valga la moneda virtual que esté usando en el momento en que vaya a usar ese ahorro (en lo personal prefiero las barritas de plata), b) para sus decisiones financieras trate de valorar las cosas no siempre en alguna moneda virtual, porque es engañoso: si su casa hace 10 años la compró en 100.000 dólares y hoy la podría vender en 200.000 no significa que tiene una ganancia de 100.000 dólares, porque el valor intrínseco de la casa es el mismo (o tal vez menos porque la casa ya está más viejita excepto que usted le haya puesto muchas mejoras, pero las mejoras no son gratis), significa, generalmente, que el poder adquisitivo del dólar se volvió la mitad en ese periodo de tiempo; entonces utilice otras escalas, como por ejemplo el precio antes y ahora de la onza de oro o el del barril de petróleo.

Bitcoin se lo dejo de tarea: alguien se volvió a inventar la gallina de los huevos de oro.

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